Ser madre

La belleza de ser madre

Me gusta ser madre, me apasiona, me enloquece,… ser madre es lo mejor que me ha pasado y no es una frase hecha. Ser madre me ha traído los mayores y mejores aprendizajes de mi vida. Nunca antes había imaginado que sería capaz de querer, de amar tanto que no encuentro palabras para describir lo que siento. Tanto que me desborda cuando miro a mis niños, cuando siento su abrazo, cuando me regalan una sonrisa. Que no sería capaz de hacer por esa sonrisa.

Ser madre ha sido un gran descubrimiento para mí, no solo por lo fascinante de ver crecer a un pequeño ser dentro de ti, sino por todo lo que me ha enseñado sobre mí misma que no conocía.

Gracias a ser madre, he desarrollado grandes habilidades que antes no tenía, o al menos que no tenía tan desarrolladas. La que más me ha sorprendido es la capacidad de autocontrol en situaciones críticas, ni el mejor de los masters pueden enseñarte eso. Un hijo puede hacerte perder los papeles muy fácilmente y mantener la calma en esos momentos, es todo un logro.

Ser multitarea es otra habilidad que desarrollan las madres, podemos recoger la ropa, mientras paseamos con el niño y hablamos por teléfono. Y desde luego, cuando hay que contar cuentos, ponemos toda nuestra creatividad al servicio de la historia. Y la bendita paciencia, cuanto he desarrollado yo la paciencia desde que soy madre, con lo impaciente que he sido siempre, con lo que me costaba esperar.

Pero la mayor capacidad de todas, es la generosidad, porque ser madre significa que tu corazón ya no es tuyo, sino que deambula donde quiera que tus hijos estén. No he encontrado el autor de esta frase, pero mi corazón me dice que tiene que ser una madre. Porque ser madre es mucho más.

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