Hoy se celebra el día de la madre, y es un día que a mí me gusta mucho celebrar. Siempre me ha parecido que estos días son un excelente pretexto para hacer regalos a aquellos que queremos. No es necesario que sean regalos físicos, pero es una gran ocasión para decir a tu madre lo que la admiras.
A mí me gusta regalar notitas, escribir en una postal algo bonito, algo más allá de feliz día de la madre. El día de la madre es una oportunidad para decirle a tu madre esas cosas que no le sueles decir, para decirle un gracias por estar siempre ahí, gracias por escucharme cuando lo necesito, gracias por darme un abrazo aún sin pedirlo, gracias por darme consejos cuando no los quería oír, gracias por dejarme experimentar, gracias por apoyarme siempre.
Mi madre ha sido para mí fuente de inspiración, y desde que soy madre, valoro mucho más todo lo que ha hecho por mí, lo que se ha esforzado en darme lo mejor de ella, en ser un ejemplo, en contener sus miedos cuando comenzaba a volar. Pero sobretodo, le doy gracias por haberme enseñado a dar amor.
Ser madre te hace crecer y ver muchas cosas que antes no veías, y a mí, me ha ayudado a valorar al resto de mamás, todas, o al menos todas las que conozco, se esfuerzan cada día, se sacrifican, se reinventan, se vuelcan, se desviven por sus hijos, y hacen todo lo que está en su mano por darles lo mejor que tienen. Y eso para mí merece un tremendo respeto. Así que, desde aquí, quiero enviar un gran feliz día de la madre para todas y cada una de ellas.
Y a día de hoy, en el día de la madre, he de confesar, que me muero de ganas de disfrutar de mis niños, de recibir sus regalos, que no son más sus sonrisas y sus abrazos, por escuchar un “mamá” o incluso un “mami” de su dulce vocecilla, de achucharles, de hacerles cosquillas, de comérmelos a besos, y no necesito ni una flor, ni una postal, simplemente con estar con ellos, siento que soy la más afortunada de las mamás. Porque ser madre es mucho más.
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