Hoy se celebra el día internacional del coach y no sabéis la ilusión que me hace poder celebrarlo con un post. El coaching ha sido un gran descubrimiento para mí, y ser coach me hace muy feliz. Estoy enamorada de esta profesión que me permite ayudar a otras personas, y que con cada proceso me hace también crecer a mí como coach. Cada cliente o coachee tiene unas necesidades diferentes y hay que adaptarse a su lenguaje, a su ritmo, a sus necesidades, por eso tienes que reinventarte como coach cada día, en cada sesión.
Para mí la clave para ser un buen coach es la escucha activa, no es sólo escuchar, es tener puesos lso cinco sentidos en lo que te está contando el cliente para poder captar la esencia, para devolver literalmente lo que está diciendo con la intención de que oíga sus propias palabra fuera de su cabeza. Por supuesto, la escucha activa va acompañada de empatía, de saber ponerse en el lugar del otro teniendo encuentra sus valores y creencias. Y en algunos momentos, el coach puede plantear preguntas incómodas que inviten a pensar al coachee.
El coaching no consiste en dar consejos, sino en ayudar al cliente a que ordene sus ideas, a que se deshaga de creencias limitantes, valore opciones y encuentre cual es el camino que mejor se adapta a él.
Pero por supuesto, uno de los puntos clave de un buen coach, es saber motivar, invitar al compromiso, ayudar en los momentos de dificultad y mostrar apoyo al cliente. Hay sesiones en las que simplemente con mostrar a la otra persona que confías en ella y qué es capaz de conseguir lo que desee, el cliente ya se lleva algo valioso de esa sesión. Cuando eres coach, tienes que dar mucho de ti y estar al cien por cien en cada sesión, ser coach exige mucha concentración y una gran autogestión emocional, sin embargo, con cada logro del coachee, con cada descubrimiento que hace, sientes una gran satisfacción. Los éxitos son siempre mérito del coachee, pero alegran tanto al coachee como a coach.
En mis dos trabajos, ser mamá y ser coach, puedo ayudar a otras personas a crecer, a responsabilizarse, a buscar soluciones y conseguir sus sueños, y poder disfrutar de ambas partes, me permite disfrutar de lo que hago cada día. Feliz día del coach a todos aquellos que habéis elegido esta maravillosa profesión. Y feliz día del coach a todas las mamás que hacéis de coach con vuestros hijos cada día. Porque ser madre es mucho más.
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